martes, 28 de agosto de 2018

Mías y únicas

aunque nunca vuelvan  a verse, aunque partió el barco y ella quedó en la orilla como una mujer de Atenas de una canción, sin saber más del tiempo que ese instante, le alcanzaría con una nota, unas palabras en las que le hiciera saber que es.
Ella.
Podrían ser cualesquiera, con tal de que sean suyas, y únicas.
Hasta que no haya esas palabras
andará por ahí entre aduladores de espuma, y sexo ocasional con marionetas. 


No hay comentarios: