miércoles, 8 de noviembre de 2017

Una tuna en primavera






"Me he de comer esa tuna 
Me he de comer esa tuna 
Me he de comer esa tuna 
aunque me espine la mano".



Me comí una tuna,
o al menos eso intenté.
Me enseñaste el fruto,
moví la cola, perra al fin.
Mi deseo quedó a la vista.
A tu juego te llamé.
Rápido, demasiado rápido
me espiné la mano.
Un dolor superficial que convoca a otros dolores más profundos.
Una gotita de sangre roja como tus labios en mis sueños.

Ahora, a despinarse.
Saco una espina: tu risa se acalla.
La pulpa del fruto aún me tienta.
Saco otra espina: tu nombre estalla como una supernova enana, los fragmentos dan vueltas por el universo y se alejan hacia la galaxia de la nada.
Tal vez alguna espina se haya hundido debajo de la piel, (malditas canciones), pero estamos a tiempo de resolverlo.
Una espina hoy, otra mañana,
no hay daños mayores.
A pesar de eso, la primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido.

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