jueves, 16 de noviembre de 2017

Como esos astronautas

Ilustrador: lourenço mutarelli
Toda esa estética tan #RobberMiloLockett
todo robado, todo impostado, nada genuino.
Todo mentira y simulacro.
Todos esos ricachones de #cartónpintado, que ni para esnobismo les da el piné
y se ponen sus zapatillas hechas por manos de niños y niñas esclavas y se creen que eso les da estatus social y
son más esclavos que los esclavos, me dijo. Así, sin pausa, sin tomar aire para respirar.
Esclavos que gozan someterse al amo.
Entra un pibe, nos vende su mercadería: hilos de coser, pañuelos de papel, linternas que duran unos pocos días.
Todo hecho en China.
Él es una mercancía que vende mercadería.
Nosotros mercancías que compramos su mercancía para sentirnos menos peor.
Es la mercancía de cualquier gran urbe latinoamericana.
Fea, berreta, mugrienta.
Tiene un piercing en la nariz, no llega a los 10 o los 11, o tal vez sí, pero está desnutrido y eso confunde.
Sin embargo sonríe como si todavía le quedara un resto de inocencia oculta en las mitocondrias de las células de su epidermis.

Le pregunto algo para entablar conversación.
Nadie me mira, nadie me habla, me dijo una vez un vendedor callejero de medias.
Nadie nos registra.

Eso es lo peor.
Nadie te ve, nadie te ama, nadie se preocupa si no llegás a casa.
Si total sos una putita.
Un faloperito.
Si sos minita.
Si sos un negrito.
Es como cuando tu mamá no te da bola, pero mil millones de veces peor.
Es como si tu amante te ignorara, pero un trillón de millones de veces más doloroso.
Es como estar condenado a deambular eternamente en un desierto sin oasis, sin día, sin noche, sin tregua.
Como esos astronautas que arrastra la gravedad hasta el infinito.

No hay comentarios: