miércoles, 3 de octubre de 2018

El micro gris y el Paraíso perdido

Gustav Doré, El paraíso perdido, 1873 
El hombre canoso con expresión de ser más una pena que un hombre.
Lo miro y me conmueve, pienso que es un laburante que vive de una jubilación y se ve forzado al padecimiento de trasladarse en el transporte público devaluado, lento, caro, inmundo.
Pero también es posible que sea un mal tipo, un ex torturador incluso. Su cara triste no debería engañarme.
No sabemos nada de los demás, apenas de los próximos, apenas de nosotros.
La chica de los auriculares negros va en su mundo. Concentrada en la música y la pantallita. Pero...tal vez, como yo, está escribiendo en un blog en su celular. O lee una novela y escucha música al mismo tiempo. O solo lleva los auriculares puestos por costumbre, o no le anda bien le teléfono.
O.
El día es gris.
Tolosa es gris.
Ringuelet es gris.
La Plata se ha puesto tan ajena, tan de ellos, tan de los invasores.
Mañana saldrá el sol.
Mañana llegará.
Aunque hace mucho tiempo que perdimos el Paraíso.

No hay comentarios: