domingo, 23 de junio de 2013

Antes del anochecer, amores en tres partes

       "La memoria es un monstruo: olvidas, ella no. Sencillamente lo archiva todo;
 lo conserva todo para ti, o te oculta. La memoria evoca recuerdos por voluntad propia. 
Imaginas que tienes memoria, ¡pero la memoria te tiene a ti!"
(John   Irving, Personas como yo)




Pienso en esta frase de la novela que estaba leyendo y después leo un artículo en el suplemento Radar de Página 12 en el que se habla de la tercera película de la saga del director Richard Linklater que comenzó con Antes del amanecer (dice el crítico Juan Manuel  Domínguez "pequeña e intimista") y de la cual creo recordar haber visto solamente Antes del atardecer,{{1}} una tarde de esas de domingo nublado y tele, y repetirla en otra ocasión parecida, y en algún foro de decoración, ver los fotogramas del departamento de Céline (Julie Delpy), en París, al que sube con Jesse (Ethan Hawke) donde ella le canta luego de escuchar a Nina Simone en "Just in time", pero no hacen el amor, creo, y tiene ese final abierto que los vuelve a reencontrar, parece, 13 años después, esta vez ya no en Viena (como en la primera película), ni en París, como en la segunda, sino en Grecia. Y uno puede creer que para una historia de amor así, que es siempre sin ser, abierta, sin reglas, fugaz, esos escenarios favorecen la memoria, el recuerdo, esas idealizaciones que hacemos de los amantes que no se "contaminan" en relaciones en las que discutimos quién paga la luz, si comemos guiso o asado, si yoga o musculación, si los amigos tuyos/míos, tu trabajo; nada, en fin, mucho menos problemas familiares, ni hijos, ni embarazos. Esos amantes que son como una bendición, que están sin estar, que nunca son más que como recuerdo que nos habita y nos da calor o como fantasía futura, que nos hace sonreír cuando pasamos por ciertos lugares, o tal vez llorar de nostalgia o incertidumbre, como en el caso de la señorita Frost para el protagonista de Personas como yo;  pero, en el presente no son, como en esta saga, casi nunca, la canción, la caminata por la orilla del Sena, el "siempre tendremos París", no piden subir a nuestra departamento de soltera (que no lo somos, por otra parte) ni nos piden un té, que cantemos, que bailemos, no nos miran embelesados como si no hubiera un mañana ni estuviera por irse su avión. Porque, como dice en la nota el director de la saga, al contar cómo se inspiró para contar esta historia, en una chica con la que compartió una noche y que lo marcó para siempre, pero que murió sin que pudiera volver a verla, "no tenemos idea de en qué forma tenemos eco y afectamos la vida de los demás. Creí realmente que un día volvería, que en alguna función, de todo ese mar de gente que es un festival, se asomaría a saludar. Y que me diría que había conseguido capturar aquello que habíamos vivido juntos. Pero nunca ocurrió."
Y entonces, hizo esta películas, como otros hacen una canción, una obra de teatro, una coreografía, un poema, una pintura, una novela, un blog.
No fue así cómo sucedieron las cosas, ningún personaje de guión o literario, ninguna escena de una canción, ningún retrato y ni siquiera una fotografía dan cuenta de cómo fue que sucedió algo o de lo que sentimos por alguien, todo es relectura, mito, ensoñación. Memoria del olvido, recuerdo de lo no sucedido, arte al fin.
Y sin embargo..."Now you're here now I know just where I'm going...."


{{1}} (Before Sunset), 2004, dirigida por Richard Linklater.http://es.wikipedia.org/wiki/Antes_del_atardecer

2 comentarios:

Unknown dijo...

gracias me encantó! y no sabía de la tercera que ya me pongo a la espera. Amé ambas, amé y un poco envidié el desapego y la ausencia de reproches, si tiene algo de añorar lo que pudo haber sido si.... pero cero reproches, no se juzgan. Quiero!!!!

MS dijo...

Maravillosa canción que hizo el genial Chico Buarque, vale la pena su introducción donde dice, "amor que no fue correspondido, fica impar , para ser aprovechado por otro"
http://www.youtube.com/watch?v=59P64-TtOKY