lunes, 30 de abril de 2012

Marina Tsvietáieva, infinita audacia

La vida es el lugar 
donde es imposible vivir
(Marina Tsvietáieva. Poema del Fin, 1923)

En 1941, unos años después de regresar a su patria en 1938, apenas terminada la gran purga de unos 8 millones de disidentes al régimen de Stalin, Marina Tsevietáieva se ahorcó con la cuerda de su maleta en la ciudad de Elabuga, en Tartaristán, URSS.
La gran poeta, (nacida en 1892) se hallaba entonces en una situación límite: con su hermana Anastasia, su marido Serguei y su hija Ariadna Efron en el Gulag; incapaz de proteger (¿del peligro que ella misma representaba para él?) y sostener a su hijo Mur, rechazada por Moscú y también en sus últimos pedidos de ayuda a los amigos poetas y escritores, sin trabajo, sin hogar y perseguida. En un gancho a la entrada de la choza en la que le alquilaban de mala gana una habitación puso fin a su amargura. Dejó una amorosa carta para su hijo ("¡Múrluga, perdóname!"), otra para los moscovitas evacuados por la guerra, una tercera para el poeta Nikolai Aseev. Cuarenta años después de su muerte la familia del sepulturero hizo llegar a la familia de Marina un cuadernito de dos centímetros con una sola palabra escrita: "Mordova". Era el nombre del campo de trabajo donde había sido enviada su hija.*
A lo largo de su intensa y rusa vida, al igual que Sabina Spielrein y que muchas de las mujeres de su generación, ejecutó los más increíbles esfuerzos para vivir de acuerdo a sus deseos. "Lección de audacia, lección de orgullo, lección de fidelidad. La lección del destino. La lección de la soledad."**
Si bien compartía la pertenencia cultural con los acmeístas, como Ajmátova,  de la Edad de Plata de la poesía rusa, su territorio y hábitat de escritura eran de algún modo extraños para todos. Marina, a diferencia de varios de sus contemporáneos, como Nina Berberova, Blok, la propia Ajmátova, Gumiliov, Pasternak, no tenía interés en involucrarse en política, aunque jamás pudo permanecer ajena a los vaivenes de las políticas culturales de Lenin y, (exilio en 1922) más adelante, de Stalin.
Sobrevive a las hambrunas de 1920 (en las que entre los millones de rusos que perecen,  murió su pequeña hija Irina); soporta el frío de 20º bajo cero sin calefacción ni abrigo, la pobreza, la precariedad, el exilio en Berlín y luego  en París. Marina escribe poesía.Como hizo en sus tempranos y apasionados amores lésbicos con la poeta Sofía Párnok, en su amistad epistolar con Rilke y Pasternak, su matrimonio con el ex oficial blanco y probable espía para la policía soviética Serguei Efron. Estas elecciones  tal vez sugieren los puntos sinuosos de una vida que quiso vivir en los márgenes de las convenciones y en el centro del discurrir del arte poético, que era su patria y su religión.
Vivir al modo ruso, como una escita, conociendo sólo los extremos "de infinita pena o de infinita alegría, y todo es infinito para ellos."***

* Echavarren, Roberto, La Edad de Plata. Poetas rusos, La flauta mágica, Montevideo, 2011, pág. 165
** Tsvietáieva, "Mi Pushkin", en Echavarren, Roberto, La Edad de Plata. Poetas rusos, Ibidem,  pág.134.
*** Yehudi Menuhin, citado por Nadezna Mandelstam, "De esperanza contra esperanza", en Op.cit, pág.115.


Serguei Efrón fue ejecutado en 1941. Ariadna Efrón fue rehabilitada en 1955.
Vida y obra de Marina Tsvietáieva

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me quedo con esto: " (...) los más increíbles esfuerzos para vivir de acuerdo a sus deseos.Lección de audacia, lección de orgullo, lección de fidelidad". Me quedo con esto porque te quiero y lo que sigue me asusta, no me gusta para vos. Me quedo con esto porque lo que sigue me da miedo, yo que tengo que andar atándome un yunque para frenarme unos metros antes de los bordes. Me da tristeza, también, porque hoy estoy en un día desalentado con las cuestiones del feminismo, en uno de esos días en que siento que la mayoría de las cosas nos siguen costando más.
Me quedo con la audacia y el orgullo. Necesito sacarle soledad. Para vos y para mí.