Se escapa, nos llama, nos quema, nos hiere, se escapa, nos llama, nos quema...Se escapa.
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Camille Claudel trabajando |
Hacemos mundo, le damos forma al amor, al que construimos de verdad, al que imaginamos y evocamos con la ductilidad de una escultora enamorada del vivir.
Rememoramos: el pasado es a la vez la eternidad.
Lo que vendrá.
Lo que pudo ser.
Lo que no fue.
Lo que hubiéramos deseado que fuera, el sueño mismo, con su humedad, con su acariciadora y tramposa promesa de pubertad, de adolescencia.
Todo lo posible.
El hijo.
(Y vos siempre yéndote, y yo siempre buscándote, 4ever n ever.)
Y al final, un signo de pregunta.
(La esperanza es el gran interrogante. Y la respuesta)
1 comentario:
Nobleza obliga, nuevamente. Paso a contarte que antes de presentarte (uso éste a falta de un término que me convenza más) en mi blog, compartí esta entrada en facebook, gracias a la facilidad de los cordiales botoncitos sociales. Definitiva y porfiadamente me encanta (¿será que me identifica como tan bien dice Nilda?) cómo escribes.
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