lunes, 1 de noviembre de 2010

Cuando un hombre muere, por Diana Rogovsky

(un poema que me envió mi hermana Diana)


Cuando un hombre muere 
todas sus acciones se ordenan de un modo
que no se sabía.
Nadie conoce su destino hasta que está cumplido.
La estatura de un hombre
nos empequeñece
y aún es sólo un hombre.
Este hombre tenía largos dedos
pronunciaba mal algunas palabras
y era un poco torpe.
Este hombre tenía cara de pájaro,
Una fuerza desmedida,
Una habilidad sin nombre,
Sus potencias eran actos.
Este hombre supo ser amado
por otros temido
por otros odiado.
Hoy se ordena su vida por el amor de los otros, fuera de toda previsión.
La desmesura lo lloró.
Nuestra pequeña estatura admite la suya.
Que la luz y el coraje nos acompañen.
Los que más necesitan siempre necesitan, las ambiciones siguen 
las miserias que todos poseemos, en algunos feroz.
Preparémonos.
Cada día, por un día, seamos lo que somos.
No menos que un hombre.

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