Supongo que primero se ofendió ella y después yo. Creo que comenzó así porque ella es de esas personas que tienden a ofenderse por casi todo, como si en el abanico de emociones del que dipsonen para reaccionar frente a los otros (y sus actitudes, pero también frente a los hechos de la vida) el repertorio fuera muy pobre. Se recurre a la ofensa cuando no se sabe pelear, enfrentar, perdonar, comprender o reir.
Después podría enumerar una larga lista de ofensas mutuas. Desde ya, las de ella me parecen exageradas, infantiles y cobardes mientras que las mías, que son menos, se me hacen justificadas y razonables.
Como sea, ella eligió, para expresar su ofensa, el silencio y la ausencia. Como una forma de castigarme a mí y castigar a los que amo.
Yo busqué la confrontación, la conversación, la puesta en evidencia por medio de la palabra de las ofensas causadas.
Me mintió.
Dijo que me lo agradecía.
Que pensaría en mis palabras.
Que era considerado por mi parte propiciar un acercamiento.
Después se fue y se sumergió íntegramente en la ofensa en sí, con sus códigos y sus matices.
Me cansé de chillar y de actuar. Convine en usar la simetría. Quedamos equilibradas en la parálisis. Ninguna de las dos movió más piezas.
Pasé meses esperando que me sorprendiera con una jugada atrevida, un enroque, un peón coronado, algo que me mostrara que tomaba un gran riesgo y abandonaba la quietud de la resignación.
Y sigo esperando.

caprichos de palabras y colores para navegantes... "La palabra humana es como una caldera rota en la que tocamos melodías para que bailen los osos, cuando quisiéramos conmover a las estrellas". (G. Flaubert). Mis libros de narrativa publicados: la novela Último verano en Stalingrado (Grupo Editorial Sur, 2014); Alma rusa (Edulp, 2020, crónicas) y Yegua (Cuero, 2021, cuentos)
Etiquetas
abortos
Alma rusa
Amantes
América Latina
Amigas
Amigos
amigxs
animales
Artistas e imágenes
ASPO
Bibliotecas
Biografías
Cada día tiene su afán
canciones
Cine
Citas
Comunicación
Comunicación/Educación
Concursos
correspondencia con amigos
Crónicas post ballotage
Crónicas del Fin de los días más felices
Cuarentena
Cuentos
Cuerpo
Cultura
danza
De los blogs que me interesan
Del oficio de escribir
Edición
educación
Educativas
El Año que vivimos en peligro
Enfermedad
Ensayo
entrevistas
Eros
Estudios culturales
Exposiciones y espectáculos
feminismo
ficcionarias
FOXP2
fútbol
FX
Genocidio
hijos
Hispania Sefarad Iberoamericanos
Ideológicas
Impresiones
infancias
jardines
Kirchnerismo
La humanidad progresa
La Plata
Lecturas y escritores
Lo que la inundación nos dejó
Madres
Madres-padres-hijos
MemoriaVerdadyJusticia
Microrrelato
Mujeres
Música
Norteamericana
Novela
padres
pandemia
pedagogías
peronismo
Poder
Poesía
Política
Psique
Redes
Religiones
Reseñas
Retratos caprichosos
Sci fi
Serie homenaje a escritores
Series
Sion
Teatro
Televisión
Urbanas
Viajes
violencia
domingo, 26 de octubre de 2008
Sigo esperando
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
por lo visto, su tiempo pasa lentamente, o puede distraerse en lo cotidiano. besos.
No hace falta recorrer mucho tu blog y sus distintas entradas para no imaginarla distraída y mucho menos resignada. Está, simplemente, descansando de vos.
Publicar un comentario