jueves, 26 de septiembre de 2019

Y no hables de infierno

"Es así el cielo dime cuanto tiempo estoy muerto 
cuéntame la vida que dejo sana mis heridas 
y no hables de infiernos 
Dime mis amores cuéntame mi casa y nombre 
dime que fui noble y valiente 
y si eso no es cierto no me lo digas 
Dame otra vida, una en la que no pida nada
 una que me lleve liviano una en la que 
ya no me sueltes la mano..."
(Háblame del cielo, Mister América)


Escucho esta canción de Míster América siempre como una plegaria. Me acompaña muchas veces cuando necesito orar y hablarle a mis muertxs.
Me acompaña como algunos tangos, algunos poemas, algunas canciones de la infancia y del rock de mi ciudad.
L'Embarquement_pour_Cythere,_
Antoine Watteau
Algunas tragedias shakespereanas y algunas comedias. Dos o tres novelas.
Me acompaña como sabiendo.
Como si las palabras fueran performativas.
La voz de Gustavo es de terciopelo en esta canción.
De la guitarra mejor no hablar.
La melodía me llega de otra parte, como si viajara por una montaña, altas cumbres y cielos no contaminados, sin un destino prefijado y sin apuro.
La banda está tocada por algunos dioses cuando la interpretan.
Yo, sin apuro. Una rareza.
Hablo con mi amigo J. sobre la muerte y las pérdidas. Cómo una paliza tras otra lo arrasaron (y a gran parte de su mundo) y lo arrojaron vertiginosamente al territorio de las orfandades.
Hicimos una fiesta en lo F.
Bailamos hasta que nos dolieron los pies y partes del cuerpo que ya no recordábamos que teníamos.
Bailamos como peronistas gozadores.
Bailamos como cuando después de un largo invierno y demasiados cementerios y crematorios lxs niñxs, la música y lxs amigxs, el vino y la comida, el perfume de los jazmines, la exuberancia de las orquídeas, nos recuerdan que hemos sobrevivido.
Como las cigarras.
Bailamos como homenajeando a D, que bailaría con nosotrxs si estuviera.
Como cuando tenemos sexo con alguien que nos gusta mucho después de mucho tiempo de desierto o de amantes equivocados o deportivos.
Sabiendo que no hay mucho más allá de la muerte: el amor, el arte, lxs hijxs, lxs amigxs, la política si es pasión y algunos momentos.
Y el mar.
Y los viajes a nuestras pequeñas Citereas platenses.
Y algunas verdades que a veces nos atrevemos a mirar a los ojos y espejos: con compasión y sin caretas.

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