jueves, 4 de julio de 2024

Alma Rusa. Relatos desbocados. (Edulp, 2020)

Trece años se cumplen en este fatídico 2020, de persistente recorrido por este género anacrónico del blog Palabrascromáticas, iniciado de manera anónima en julio de 2007 y que, en los últimos años, se reprodujo también en una fanpage homónima en Facebook. Se trata de una selección de aproximadamente 102 entradas sobre un total de 916 originales, organizadas en 8 etiquetas (de las 74 originales con las que cuenta el blog). La temática es diversa. 

En esta selección se priorizaron posteos vinculados al oficio de escribir, la lectura y la escritura; el amor en sus variantes de odio/desamor; la amistad; maternidades, paternidades e hijes, familias y mundos femeninos, todos atravesados por las


particularidades de un habitar político y una perspectiva desde La Plata. Al momento de elegir los textos se tuvieron en cuenta aquellos con más visitas en el blog y la fanpage de Facebook.


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Reseña de mi libro Yegua

 El escritor y periodista Juan Fernández Marauda hizo una hermosa reseña de mi último libro, y se las comparto acá:


Juan Fernández Marauda nos trae su mirada sobre un libro potente, donde la crueldad, el amor, la fantasía, lo que está por delante y no sabemos bien de qué se trata parecen rosarse, ser una misma cosa y a la vez otra. Juan cuenta, habla, sobre Yegua de Cintia Rogovsky.


La crueldad tiene corazón humano y la envidia humano rostro – William Blake

Ya hemos aprendido que al amor romántico hay que huirle. Que ahí es donde afloran algunos de los rasgos más peligrosos que tenemos, como individuos y como especie. En esta colección de conceptos y emociones anacrónicas nacen los celos, la codependencia, la crueldad, el afán posesivo y controlador, la fantasía sin matices ni límites y todo aquello que hoy identificamos bajo el amplio toldo de la toxicidad. Ni siquiera es que todo esto sea la mera contracara del amor, ni sus consecuencias nefastas pero inesperadas. No. Todo esto es lo que ya está ahí, agazapado, y preferimos no ver hasta que es demasiado tarde. Bueno, Cintia Rogovsky lo ve, lo ubica a la distancia y lo expone. Esta es la fuente en la que bebe su Yegua....

Para seguir leyendo, y de paso conocen la revista Trinchera, que está buenísima:https://revistatrinchera.com/2024/06/16/la-crueldad-tiene-corazon-humano/

sábado, 6 de abril de 2024

La batalla descafeinada de los influencers o de cómo navegar en un mar de mierda

  1. Voy a un lavadero de autos de mi barrio , un barrio clase media cayendo en picada, fuera del casco urbano platense. Atienden unos cinco pibes de unos 17 a 20 años, laburantes. Le digo al que parece el encargado, con insistencia: por favor no me mojen la alfombra del baúl, sólo pasarle la aspiradora, la última vez me la empaparon. Perfecto. Por favor te lo pido, le aclaro, después me quedo un olor…y hago un gesto y el pibe se ríe, buena onda. Sí señora, vaya tranquila. Arreglo horario para retirar el auto y me voy.

Regreso una hora después de lo acordado, porque ya conozco su flexibilidad con el reloj. Todo es relativo en tiempos libertarios, si Conan dice que una hora dura 300 minutos, ya sabemos, cualquier objeción a esa verdad es adoctrinamiento de quienes no la vemos.  Si aprendimos algo rápidamente es que la única libertad que permite  La Esclavitud Avanza es la del despliegue de las Fuerzas del Averno (narco negocios, caos, crueldades, saqueos). Llego: el auto no está listo, la alfombra…¡¡¡chorrea!!!! Le pregunto al mismo pibe porque la lavaron. Con respeto, me dice: se les pasó un poquito. No un poquito, está empapada, está empapada. 

Los elementos básicos del pensamiento racional (observación y constatación de hechos, deducción), quedan fuera de la escena cotidiana, parece cuestión de opinión, y hay opiniones que valen más que otras (siempre las hubo), ¿pero cómo se legitiman hoy? El prestigio, (de clase, de ocupación de lugares consagrados como la academia, el mundo de la cultura, el espectáculo artístico, el periodismo, las ciencias, la política, las iglesias,  etc.) ha dado un viraje, tanto si leímos o no a  Bourdieu, vemos que los campos tradicionales han cambiado. Lo que legitima es tener seguidores. Son tiempos de panelistas presidentes. Ya lo vimos  anticipado en varios productos artísticos de ciencia ficción


En lugar de enojarme, me quedo pensando en ese gran problema pedagógico del que hablamos con muchxs colegas docentes, sobre el cual ya hay bastante literatura, el problema de la dispersión, de la dificultad para concentrarse, mantener la atención, retener consignas. No es un problema de lxs pibxs, es generalizado. La pandemia, la multipantalla, la hipercomunicación permanente, lo profundizó. Mientras escribo esto yo misma, estoy cocinando, editando cosas de trabajo, escuchando radio y manteniendo varias conversaciones por whatsapp, ¿ustedes?

No les pasa sólo a lxs pibxs, pero hay ya varias generaciones que se están educando EXCLUSIVAMENTE así. exclusivamente conlleva la palabra exclusión. No es inocente. Entonces, me pregunto, ¿cómo entra la cuestión política en esa subjetividad, la relación entre lo cotidiano, tu vida, un laburo de mierda precarizado donde te super explotan y  tu voto? 

Fragmentados, andamos en esta tristeza de derrota, unos movilizando acá, otrxs allá, firmando solicitadas, tratando de reagruparnos. Pero, cómo preguntaba un señor ruso a principios del siglo XX

que no nombraremos para no ofender a los fanáticos que nos vigilan y castigan, ¿QUÉ HACER? Ese señor era un capo total, pero hasta ese se equivocó en cuanto a la lectura del momento oportuno y, ya sabemos, la revolución lo agarró en el exilio, pero esa es otra historia (la cuenta muy muy lindo S. Zweig, por si les interesa, en un Libro que se llama Momentos estelares de la humanidad). Por eso me llama mucho la atención que algunxs que no le llegan ni al zócalo del tobillo a ese señor (en capacidad de conducir, en compromiso revolucionario, en poner el cuerpo, que incluye su enorme trabajo intelectual pedagógico y político, y etc) la tengan tan requete clara siempre.

¿Qué tendría que hacer la escuela, y que efectivamente PUEDE hacer, además de intentar defenderse ante un ataque sin precedentes al corazón mismo de su razón de ser? ¿Estamos, nosotrxs mismxs, docentes, atentxs a los comportamientos de lxs pibxs, a los síntomas que ahí se expresan, en esas pequeñas gestualidades, o estamos también “en una”, dispersxs, angustiadxs, hipercansadxs, desorganizadxs?


2.  Los pobres están condenados a Internet . 

Según Kobek, "los pobres están condenados a Internet, un recurso maravilloso para ver televisión de mierda y experimentar angustia por los salarios de otras personas" [dice Geert Lovink, un holandés que estudia el tema redes como máquina del capitalismo para producir individuos y comunidades tristes], y allí ir perdiendo el sentido y la potencia vital individual, política, comunitaria, grupal, mientras nos hundimos (nos hunden) en un mar de mierda y de odio.

Entonces, pasamos de militar concienzudamente (sea lo que sea que quiera decir, ustedes me entienden probablemente), de desear conquistar lugares de poder, para PODER (cambiar el mundo, no entregarnos resignadamente a su alto grado de desigualdad e injusticia), incluso con todos los juegos cortesanos que implican los dispositivos de poder (nobleza, lealtad, esfuerzo colectivo y también su lado oscuro: monjes negros, favoritxs, oportunistas, arribistas, figuretis, chismosos lleva y trae salidos de una comedia y a veces también de una tragedia shakespeariana con pinceladas de Marechal) a tratar de ser todo INFLUENCERS.

Porque los influencers se destacan, ganan plata (monetizan), ganan elecciones, ocupan los espacios de poder, se hacen las tetas (o caras o culos, o dientes o  lo que sea que haya que hacerse para sentirse menos tristes, solos e infelices), cogen más (o no sé, porque parece que esa práctica no está muy de moda en ese sector)😆😀 influyen, en definitiva, en la cosa pública, en la polis, en la política, aunque esta parezca reducirse al mundo especulativo financiero.

Entonces todxs entramos voluntariamente a la Máquina de producir tristeza y desigualdad, mientras subimos fotos sonrientes a las redes, mostrando qué importantes, felices, exitosxs, o bellxs somos.

3. Los influencers no hacen obras de ficción👀

porque su territorio es el de las redes, esa realidad no sólo les alcanza, sino que es su medio vital. ¿Qué hacen? No sé muy bien, más que todo, marketing, venden, o asumen que todo es mercantilizable (el sexo, la política, el arte, las luchas, las rebeldías) y que no hay otra posibilidad más que moverse y sobrevivir, DESTACARSE para eso, en el océano del capitalismo digital financiero, voraz y veloz.💩💩💩💩💩💩💩

La ficción va perdiendo espacio en esos mundos, porque la ficción permite imaginar otras posibilidades, incluso permite que la tecnología esté mandata por la política, el arte hace obra, la literatura crea mundos, y allí se puede batallar, se puede seguir soñando con triunfos populares y no con derrotas resignadas.

No sé qué lugar ocupa la narrativa memes en la economía capitalista actual, ni si es un género de ficción. No sé casi nada.  Si hay que apagar las pantallas, si hay que dinamitar Silicon Valley, si hay que hacer como el personaje de Fuga de Nueva York  (¿se acuerdan?) y apagar todo, o estamos más bien en una de El eternauta.

Lo que sé es que no podemos mirar al costado y dejar que lo único que podamos proponer como horizonte sea el de hacerse/nos influencers. 


miércoles, 21 de febrero de 2024

Herencias, demencias, legados

 Mi padre había muerto en otro siglo.

Mi madre en este.
Las cartas atraviesan las fronteras del tiempo, a veces llegan como sueño, pero a veces como demostración.
Cuando lo material expresa determinadas formas y modos, el entendimiento tiene una oportunidad.
Vuelvo a leer. No voy a decir: es un milagro que esa carta emergiera entre los restos del naufragio de aquella inundación donde perdimos casi todo.
Estaba a una altura muy elevada, tal vez también como metáfora, pero sobre todo, por encima del metro ochenta que arrasó todo.
El tiempo ocurre como ficción. Hablo de 2013, de 1985, de 2024.
Mí padre murió en el siglo pasado.
Mí madre lo sobrevivió casi 30 años.
Sin embargo ahí, en esos párrafos, estaba escrito el futuro.
Publicarlo sería un acto de justicia.
De reparación.
Ya veremos...
Esa es también la diferencia entre una ética y una moral.
Pueden quitarte tu herencia, tu patri (padre) monio.La demencia malvada y perversa hace eso. Narciso en el espejo, se cree la medida del bien y del mal, es un pobre animal rastrero.
Prefiero siempre el Autómata Espiritual del amigo de Ámsterdam.
Los vemos, lo vemos: cómo gobierna insaciable, sin ley, frustrado y rencoroso, el Paladín de la Envidia Moralista.
Pueden quitarte muchas cosas.
No pueden quitarte el legado que hace de la Ley del Padre un orden donde No Todo, Donde No Cualquier Cosa, Donde no A Costa de la Destrucción del Otro, no del otro, ni de los retoños del otro que son atributos de futuro, de lo que no conocemos y apenas sospechamos, como diría el poeta.
Donde se cuida la inocencia y se la protege.
Donde la debilidad no es excusa para los Insaciables desesperados de un Hambre sin Fin ni Destino, protagonistas de la Historia natural de la Destrucción.
Pueden enfermarte y matarte, pero nunca podrán sacarme mí amor.

miércoles, 7 de junio de 2023

Las madres se caen todo el tiempo

 Las madres se caen todo el tiempo.

Cuando una es joven, como metáfora, cuando ellas envejecen, literalmente.
La vejez acorrala las metáforas.
El dolor del cuerpo se impone a otros dolores.
Artrosis, diabetes, problemas con la memoria, osteoporosis, demasiado hambre, insistencia, insomnio.
La caída del padre ya no es un problema del sujeto, sino una crisis de la época.
Cae la ley, cae la autoridad, y mientras construimos otra cosa trepa la violencia que, como en un poema de PS, termina con pibas y mujeres en bolsas de basura hundidas en la mierda en la que hemos convertido el mundo.
La caída de la madre es en plural, caídas.
Y te va rompiendo en pedacitos el corazón y te obliga a asumir cada día una nueva tarea .
El discurso de moda habla de tareas de cuidado.
El trabajo del amor, diría yo.

A veces los mitos nos poseen y no se puede evitar el sacrificio.
El amor también puede ser una carga.
El amor pesa.
Pero la carga del desamor, de la indiferencia, es incomparable a nada. Es como la incesante procesión de la hormiga argentina, que logra derrumbar cimientos poderosos, insistiendo en las grietas más débiles.
La familia puede ser el altar donde rendimos tributo a los muertos y soñamos el porvenir, cultivo y culto.
Y el infierno donde arderemos inevitablemente tarde o temprano.
Aunque tal vez nos salve el único amor que salva, el amor al prójimo.
Pienso que esa forma de amor, que tan bien explica Pablo en una epístola a los Corintios, sino me equivoco y que con frecuencia se lee en los casamientos católicos, es amar en la infancia: así, a pura realidad, amando lo que hay, tal como se muestra, confiadamente, sin recuerdos de traiciones, cobardías, perversiones, agachadas propias o ajenas.
Confiando, anhelantes de futuro, sintiendo intensamente que lo mejor está en el futuro y no en el pasado.
(Entre paréntesis: qué alivio es reconocer que olvidaste al fin, que te da igual, sobre todo cuando es alguien que juega al ping pong con los corazones ajenos, esa gente clava corazones con alfileres uno tras otro en series, sin llegar a conocer a nadie en verdad, sin mostrarse nunca auténticamente, qué agotadora debe ser de sostener la posición de quién solo goza a costa del sufrimiento ajeno, jugando el juego de la seducción como un loco que gira una y otra y otra vez sobre sí mismo en un personal Salón de los Espejos de Versalles al fin nos deja que lo contemplemos en su auténtica máscara. Porque al final, no hay rostro propio, es apenas máscara, sobre máscara, sobre máscara....)

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Otra nena

 


Había nacido en una noche habitada por campos de trigales y panteras, con una condición especial que mezclaba torpeza con una imaginación exagerada.

Había nacido de un polvo rápido bajo las olas, rápido, deseado, ansioso, para cumplir un anhelo que había defraudado apenas dijeron: nena.
Otra nena.
Hicieron esfuerzos por aceptarla y quererla.
El amor que nace de la culpa, el que necesita argumentos,
suele engendrar toda clase de equívocos.
Es como la mandíbula abierta de una fiera indomesticable, y hambrienta.
Los rechazos saltan en la noche como liebres, las panteras la acechan, los trigales solo acunan sus sueños de quimeras cuando la imaginación se aloca.
Escribe y piensa en ella y en él, en ellos.
Escribo y pienso en vos.
¿En otra dimensión seremos rosas que se abren por primera vez?
Pienso en los tres, la noche boca arriba pero no como en el famoso cuento, sino así:
la noche es tres espaldas desnudas en la arena
y todo el porvenir en el misterio celeste.

martes, 11 de enero de 2022

Para ser

 Para ser un buen amante hay que saber desear. Hay que poder regocijarse del instante sin distraerse en la culpa o la obsesión. Hay que


abandonar la pose.
Dejarse ir, tratar de arrastrar al otro ahí, hacia la petite mort, o quién sabe cómo nombrar lo que siempre se escapa a la palabra a fin de cuentas.
Lo que nunca se agota y siempre nos encuentra.
Por eso hay que tachar a un par de contactos de la lista, Narcisos: #gohome
Por eso hay que abrir el juego a lo inesperado.
Por un maldito instante suspender el pesimismo, cerrar un instante los ojos, mirar desde afuera del monstruo que habitamos, y nos habita.
Tal vez, por una única y extraña vez, confiar.

martes, 21 de diciembre de 2021

Nos fuimos viendo envejecer


 Nos fuimos viendo envejecer, pero eso, eso no es nada.

Nos vimos ir muriendo, pero eso, aunque es algo, claramente es algo, no es lo mismo que sus últimos suspiros en la noche, el olor a miedo, el olor a muerte (la muerte huele mal y no es blanca ni limpia como en aquellas canciones, en esos viejos romances, como los glaciares).
Tomé su mano y no sabía, pero después supe y después tomé otra mano y otra más.
Te vi hundida en la almohada, con esa mirada que apenas pude sostener porque era como si me pidieras una postergación, una certeza, como si yo pudiera prometerte más tiempo de este lado y apenas pude acercarte una amiga aliviadora de dolores y una canción grabada especialmente para vos por un cantante que te despertaba un poquito mientras ya empezabas a cruzar ese umbral que nadie sabe.
He sido estúpida. He dejado escapar la vida ocupada en el trabajo de las horas y los días y el esfuerzo que se pierde en la hoguera de las vanidades y alimenta cuentas bancarias de quienes no creen en nada pero saben simular todo lo que hace falta en la escena de esta comedia trágica. De esta tragedia.
No sé si llegaste a saberlo pero yo creo que sí. Los hijos a veces duelen como un edificio que se derrumba sobre nuestra espalda y nuestro pecho al mismo tiempo, los hijos que no fueron y acunamos en sueños también, pero de otro modo. Son como promesas escapadas de una jaula , promesas de que podríamos haber hecho las cosas menos mal.
Duelen mientras las gotas caen en la sonda y el calmante te va adormeciendo y sabés que no podrás protegerlos y te ahoga ese nudo de haber hecho casi todo mal y ya no poder repararlo porque el fin.
Nos fuimos perdiendo.
(Acá no faltará quien me dirá que no sea tan trágica y que la vida es bella y que mirá todo lo que tenés y eso y vos no te vas a poner a discutir porque no se trata de eso y cada quien carga sus muertos y las muertes como va pudiendo che).
Te vi desde la plaza y estabas encorvado y gordo, desplegando tu plumaje como siempre frente a una mujer con un pantalón blanco, y sentí, ya era hora, que era un alivio que no me hubieras querido más que como querés vos a las mujeres, como decorados o como escudos protectores de esos fantasmas que te acechan en la noche, que te vienen de adentro.
Te usa, te utiliza, no le interesás, me decían mis amigas. Y vos querías saber qué decían mis amigas (nunca te dije) porque no era yo, sino lo que se iba a decir de vos lo que te interesaba como le ocurre a las pavas y pavos reales, sobre todo cuando sus plumajes empiezan a decaer y se va haciendo evidente que no son aves que puedan volar. Animales seductores, mientras no se los vea con frecuencia. Animales que pueden picotearte un ojo, enemigos del esfuerzo, enemigos de la compasión, amigos de los espejos, animales de los que hay que mantenerse a salvo.
Quizá todos queremos que alguien nos cuide del asedio de esos fantasmas, que alguien nos abrace cuando llega el llanto por los muertos que estamos duelando y por los vivos que no nos quieren aunque daríamos (y demos) la vida por ellos. Que alguien nos abrace en la noche como si no estuviéramos envejeciendo, o precisamente por eso, que alguien nos abrace en la noche, y aleje por un instante el cortejo de muertes y de injusticias y miedos que nos doblan la espalda, mientras navegamos entre los témpanos milenarios.

viernes, 3 de diciembre de 2021

No digo que la verdad esté en el exilio


 La portada la elegí consultando amigas y familia con saberes de arte, mientras mi espalda rota descansaba en un colchón amoroso, y mis ojos rejuvenecían mirando el paraíso hecho de laguna silvestre y milenario Lago Argentino.

El mensaje de P (que pertenece a la liga de los dos P de cuero, #saynomore) llegó por WhatsApp, las propuestas eran una más linda que la otra, se había captado algo que yo no sabía.
(Conviene señalar que yo nunca, o más bien casi nunca, sé).
Quién puede saber sobre qué escribe, hasta que escribe, dijo una gran maestra loca escritora. Rota.
Como tantas mujeres que escribimos.
No digo que la verdad esté en el exilio, pero en esos márgenes y fronteras siempre hay algo, además de viento patagónico y melancolía.
Rosas en el viento y melancolía.
Canciones y melancolía.
Todo este dolor que se quedó en las vértebras, todo esto que ya no puede sostener casi nada. Casi ninguna mentira, casi ninguna farsa, casi ninguna desilusión más, media desesperación y un vaso de vino, y una canción de Dolores Solà cantada una noche primaveral en el Teatro Argentino, ponele, y esos recuerdos de los muertos que son yo, y esos recuerdos de los vivos que ya no nos quieren.
Y aun así, acá, en esta humedad platense, habrá obras nuevas, mariposas, besos, poesía.
Y ojalá encuentren algunos corazones predispuestos.

sábado, 6 de noviembre de 2021

Roleo

 Roleo.

Veo fotos en las que las personas se ríen, no sé de qué se ríen. Se ríen para vender pasta de dientes, lo entiendo. Tiene sentido.
Se ríen para promocionar una comedia, nada que decir.
Suben una foto riéndose, acompañada con un texto que muestra un acontecimiento familiar, social , político, laboral, que invita a la risa, genial.
Se ríen en al compañía de una niña, de un nene que juega, o de estudiantes en una clase, o de un amor que abraza, o de amistades en plan diversión o reencuentro pos encierro, o en un concierto de rock, y claro, bienvenida alegría .
Pero luego -como si en este reinado de la Imagen de la Gente Que es Feliz y tiene su sonrisa blanca brillante y su ropa de ensueño Sin Causa Aparente Más que Ser Quienes Son con todos sus privilegios de Clase y el pelo profesionalmente despeinado (la apariencia de lo descontracturado requiere de sus estructuras)-, yo fuera una extranjera indocumentada, como si fuera lo que estoy siendo, una mujer madura de un país del Sur de los sures, saqueado, agobiada como vos y como ella y como él ante tanto dolor acá y allá que ya no puedo pensar ni entender estas curiosas estrategias que antes se decía que armaba el Diablo y ahora las llamamos por otro de sus nombres: tener la subjetividad colonizada por el neoliberalismo, que es como una forma de posesión diabólica sin la esperanza aparente de un exorcismo salvador ni evocación divina, estar siendo apenas una sobreviviente que trabaja y trabaja, una persona que vive en un barrio donde cada día y todos los días me tocan la puerta para pedirme trabajo (porque ya sabemos del estrago pandémico), o comida, o plata personas Que no Se Ríen Ya Casi Nunca Porque No tienen Muchos Motivos para hacerlo, donde cada semana hay un hecho violento de alguien que roba o golpea o abusa porque parece que toda la violencia del saqueo y el fascismo no hace más que parir estas durezas amargas, sin sonrisas ni risas como no sean las sonrisas cínicas de los machitos vergudos que no pueden nada sino es por la fuerza, o de personas que son las Grandes Vende Humo todo para mí y nada para vos pero con una gran sonrisa.
Soy una extranjera en esta tierra de Sonrisas Sin Causa ni Explicación que no sea la falta de registro del dolor, de la necesidad, o de locura, que sonrío cuando veo una obra de teatro como Mi hijo sólo camina un poco más lento, mientras lloro y me hago preguntas por dentro.
Roleo, y no sé qué quieren decir todas esas fotos ni a quién le hablan, desde sus cúspides lejanas y felices, sus fiestas donde no comprendo las reglas de juego.
Y pienso que soy yo la que camina cada día más lento, que no alcanzo a este tren cargado de Sonrisas Inexplicables que colonizan las redes donde antes quizá alguna discusión de política, literatura o arte se ponía buena y hasta se podía escribir largo, con muchas subordinadas, con gramáticas rebeldes por sí mismas, sin que la policía de la escritura y la comunicación en redes nos avisara que así está mal, tal vez nos cancelara, nos comentara que no somos lo bastante claras, (o peronistas, o feministas, porque siempre hay alguien con una Sonrisa espléndida y un manual de corrección nieto de una Lubianka latinoamericana que Sabe Lo Que Está Mal, aunque no tenga una sola pregunta acerca de lo que está bien, o lo que simplemente está ); que estamos sufriendo desviaciones ideológicas, aunque vos tengas el cuerpo roto literalmente, y marcado por la cantidad de veces que no pudiste reírte ni sonreír frente a todo ese dolor, y solamente pudiste, quizás, en silencio y sin foto, tender una mano, una palabras, unas cuantas horas de tu vida hasta enfermarte, un texto apurado y mal escrito en un teléfono con una ilustración de una artista que no conocés pero seguís, en esos modos de lo humano que ya no nadie nunca nada.