domingo, 27 de diciembre de 2020

Reflexiones político pedagógicas de fin de año. Un helicóptero, una Navidad inédita y “un instante para la imaginación”

"Lo que debemos realmente apreciar en la educación

es que a nuestros hijos no les falte nunca el amor a la vida".

(Natalia Gonzburg, Las pequeñas virtudes)


Por hacer declaraciones que vinculan la pandemia con las prácticas depredatorias del ambiente y de la explotación humana neoliberales, el diario La Nación estigmatizó este año a Adriana Puiggrós, mientras ocupaba el cargo de Viceministra de Educación de la Nación. Ya sabemos, si La Nación te elige de blanco, debe ser que algo bueno estarás haciendo para el lado de la justicia social. Hoy, el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, hace una advertencia parecida, futuras pandemias llegarán si no cambiamos nuestros comportamientos. No he visto aún La Nación...

En mi barrio, lo llamamos así: si no intervenimos fuertemente en la educación, el capitalismo en su fase caníbal nos va aniquilar del todo.

En esa línea, y con la media neurona quemada que me queda, hay varios problemas que me gustaría mencionar en este posteo borrador para seguir pensando cuando estemos en mejores condiciones. O al menos ustedes, yo no sé si tengo posibilidades de mejorar.


Uno. Jugar nuestro propio juego

Por un lado, el 2020 aceleró los procesos de colonización pedagógica de las grandes corporaciones que está modelando subjetividades, prácticas y relaciones político pedagógicas, formas de leer el mundo y, por ende, de intervenir o no sobre él para transformarlo. 

Miles de millones de niñxs y adultxs nos estamos educando en Facebook, en Google, en Amazon, en Netflix, nos educan en lo que Baricco llama The Game, y mientras jugamos el juego más hipnótico y seductor que se haya creado, que captura nuestro deseo y nos introduce en una mutación que si no genética, es quizá más inquietante que el COVID19 y sus parientes, vamos tejiendo redes allí para casi todas las actividades de socialización humanas, nos auto mercantilizados y todo, o casi todo, lo objetivamos allí.

Me vendo, te vendo, te compro, me compro. O quedo afuera…¿Afuera de qué exactamente?

El Estado de manera urgente debería recuperar soberanía digital, que es la riqueza de este siglo que arranca ahora, como dicen Boaventura de Sousa y tantxs más que vienen pensando en estos problemas hace décadas. Ni la Nación ni las provincias, a mi modesto juicio, deberían seguir usando esas herramientas y plataformas, y si no es posible reemplazarlas rápido, al menos ir gradualmente. Miles de docentes universitarios estamos en la Matrix de Google Académico, (“si no te quedás afuera”, ¿afuera de qué, otra vez?), y en la Provincia de Buenos Aires, el uso oficial del correo y otras herramientas de Google hace que el sistema público le entregue cada día valiosa información (¿acaso la información no es el petróleo, el carbón, el oro de este tiempo?) a las grandes corporaciones privadas, que son, por otro lado, las grandes ganadoras de la tragedia pandémica global.

La muerte del Diego nos conmovió profundamente, pero también nos dijo que los juegos y las artes populares (fútbol  deportes diversos; orquestas, danzas, literaturas, plásticas, artes digitales etc), y en equipo favorecen autoestimas más potentes. Y hermanan. Y quitan máscaras. Ya sé, para muchxs esto no es prioridad educativa. Sé que también el gobierno provincial la tiene muy complicada, pandemia macrista, vidalista y COVID mediantes…¿Pero se pusieron a mirar los balances de ganancias de esas empresas? ¿Y si algo de esa plata se re distribuyera, como con el impuesto a los Bigger Robber Barons?

¿Y si hubiera playa, mar, río y montaña para todxs lxs pibitxs?

Ph: Pablo Bruzzone,
serie "Ventanas de Chapa",
Jóvenes y Memoria, Chapadmalal, 2012.

Lo positivo, es que muchas trampas han quedado a la vista y mucha gente a la que era difícil quizá hacerle notar los profundos cambios de vida que educar así implican, ya lo sabe. Ese saber colectivo tiene que servirnos para preservar la escuela que, como dice Adriana Puiggrós, es la “plataforma de la Patria”. Sea en la modalidad que sea (mixta, bimodal, en diversas combinaciones) que podamos ir construyendo para el ciclo 2021 y los siguientes, la escuela sigue siendo, y más que nunca, es el territorio desde el cual
podemos construir y recuperar comunidad, lazo pedagógico humanizante, futuro, planeta, casa grande.


Dos.  CABA, go home. Cortenla, déjenos vivir en paz 

La agenda mediática está copada, como siempre, por lo que sucede en la ciudad puerto unitaria. (recomiendo ver en Fue la pluma https://fuelapluma.com/2020/10/19/vicios-del-debate-educativo-en-los-medios-de-comunicacion/), donde decíamos con Manuel Becerra hace un tiempo: “Los problemas, que se amplifican hacia todo el país son los municipales de una jurisdicción de 202 km2 (que, para variar, representa poco más del 6% de la matrícula educativa del país). La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el lastre de un país hipercefálico, no sólo es un problema histórico sino que además es la medida de todos los medios. La municipalización porteña de la agenda mediática supera ampliamente el tema educativo: los canales de noticias emiten 24/7, para todo el país, noticias sobre el transporte, el clima, en fin, las problemáticas urbanas de una sola ciudad. Más aún: las ficciones costumbristas, formato prolífico de la TV argentina del siglo XXI, parecen transcurrir no sólo en Buenos Aires, sino en un radio de tres o cuatro km2 de los barrios de Palermo y Colegiales (o, en todo caso, algún barrio de la zona norte del Gran Buenos Aires)”.

Lo que está haciendo Larreta con la educación es de una extrema gravedad, y el poder judicial adicto, convalidando, es escandaloso. Pero nada de eso puede sorprendernos de la derecha. No hay derecha buena o mala. La derecha buenos modales sigue los mismos intereses que la malo modales y hace tanto daño a lxs pibxs como el gatillo fácil de cualquier matón bullrrichizado y barra brava. Ahora bien, ¿es eso lo central que está ocurriendo en la educación argentina, en las 24 provincias, en las universidades, en los espacios de las organizaciones sociales, comunitarias, sindicales, en la formación docente?

Tres.  Maestrxs latinomericanxs e imperios digitales

Los problemas de la educación federal son múltiples, diversos y de una complejidad enorme. La formación docente permanente, sabemos, es una de las estrategias que no puede esperar, digamos que tiene casi tanta urgencia como vacunar, porque puede ser el antídoto contra la acelerada mercantilización de la educación y de la vida. Y es necesario retomar y potenciar las líneas de una perspectiva emancipadora latinoamericana que descipayise, si se me permite el neologismo, desde la formación de grado y luego en la formación permanente. Continuar y ampliar desde el Estado esas propuestas, de manera articulada con la Ctera y sus espacios de formación, en los institutos y universidades nacionales es imprescindible, entre otras múltiples formas. Incorporar la perspectiva de Comunicación/Educación  es estrategia de disputa en el reino digital dominado por las formas neo imperiales de los dueños de la pelota de la información y la comunicación. 


Cuatro.

Ángeles azules, vacunas, FinEs y experiencias para los pueblos

En este triste fin de año que deja pocos resquicios para la esperanza, en Nochebuena, o TardeBuena, recibo mensajes de amigxs vinculados a un hogar convivencial de pibxs (Hogar El Ángel Azul) “organizado a fin de dar respuesta a las demandas  sociales y del Estado que reconocen la situación de riesgo y  vulneración en la que se encuentran  niños y niñas cuyas familias no han podido hacer frente a las exigencias de cuidado, vivienda, educación, salud. Forma parte del Sistema de Promoción y Protección de  Derechos  y en ese marco responde  a las estrategias de restitución de derechos de niños, niñas y adolescentes  que se encuentran transitoriamente  alejados de sus familias”.  (Ver en https://www.facebook.com/Hogar.Angel.Azul/)


Pibxs que esperan que pasan la cuarentena en una pequeña localidad rural de Punta Indio, provincia de Buenos Aires, donde se desarrolla un proyecto político pedagógico y se construye, a su vez, una épica del cuidado y de lo comunitario que seguramente genere algunos anticuerpos contra los virus de las nuevas pandemias, y prepare para entender que solo una ética del cuidado comunitario, con lxs otrxs, nos salvará, a nosotrxs y a nuestro planeta. 

Es una pequeñísima experiencia, mucho más pequeña quizá que la de Warisata, en la Bolivia de 1930; o la del Padre Cajade en La Plata, provincia de Buenos Aires, Experiencias como la inmensa y potente, y por eso destruida por el odio, de Milagro y la Tupac en Jujuy.

Como estas  sucede en CABA (porque hasta las experiencias villeras y populares en CABA tienen espacio en los medios ocasionalmente). Pero yo creo modestamente que hay que planificar las grandes políticas públicas para salir de este laberinto marechalianamente, observando también qué nos enseñan algunas de estos dispositivos, de estas prácticas, no para reproducirlas (ya sabemos que son experiencias situadas, etcétera) pero sí para ver que están ocurriendo cosas en la educación, fuera y dentro de las escuelas, pero siempre articuladas en su centro a la escuela pública, a la comunidad, a la Patria/Matria. Que Larreta profundice desigualdades es lo que esperamos de quienes creen en sociedades con jerarquías clasistas y meritocráticas, pero nosotrxs tenemos la responsabilidad política de inventar otras posibilidades y postergar un poco las miserias personales que muchas veces embarran las canchas del juego político, si es que queremos sobrevivir.

Ph: Pablo Bruzzone, 
serie "Ventanas de Chapa", 
Jóvenes y Memoria, Chapadmalal, 2012.

Comentario aparte: ni hablar de la gran experiencia del FinEs, que hizo patria en casi todos los territorios y autoestimas de la Argentina, y que siempre me recuerda al ímpetu de la gran compañera Mary Sánchez, que en palabras de otra querida compañera, Delia Méndez (ver en el libro de reciente aparición de Delia Méndez, prologado por Alberto Sileoni,
Juntos por los mismos FinEs para la inclusión, que estoy empezando a leer), fueron articulando “luego de largas conversaciones, discusiones y arrebatos temperamentales, de ambos lados, llegamos a acordar cómo podríamos implementar el Plan FinEs con los cooperativistas del Plan que estaban diseñando la propuesta de Ingreso Social con Trabajo que mary describe como “del extraordinario proceso que unifica voluntad del pueblo y políticas populares con compromiso docente para el desarrollo del Argentina Trabaja Enseña y Aprende en Pcia De Bs AS”.


Inconclusión. Espejito, espejito

Obvio que creo que está muy bien la denuncia y la lucha, sobre todo de lxs compañerxs de CABA (que tengo muchxs entre mis afectos, y son maravillosxs), pero no puede ser el tema de todxs, menos aún de quienes debemos educar cada día en aulas como, en mi caso, de la provincia donde tenemos al 40 % de la matrícula del país, o en universidades conurbaneras, por caso. Tampoco es posible pensar un país federal ni una Nación latinoamericana con perspectiva porteña hegemónica. En nuestros universos vocabulares y léxicos culturales, en el establishment intelectual, del pensamiento, del arte, de la política aparecen todo el tiempo las marcas de esta dominación, de esta trampa de perspectiva corta que tantas tragedias ha causado en la Argentina del siglo XIX, del XX y esperemos que no del XXI. Yo todavía sueño con escuelas habitadas por más poetas y detectivxs salvajes latinoemricanxs, y menos buenos modales de clase media urbana del puerto vampiro.

Somos nosotrxs los que debemos también vacunarnos contra nuestras prácticas neoliberales enquistadas en nuestra subjetividad (¿nos bancamos ese espejo?), nuestras instituciones públicas, sindicatos, espacios políticos, dirigencia. Puede que tengamos algunos anticuerpos, pero la lucha es cada día porque como señala Diego Sztulwark: "El neoliberalismo es un gran aparato que opera sobre el deseo y las maneras de vivir" (https://www.pagina12.com.ar/248046-diego-sztulwark-el-neoliberalismo-es-un-gran-aparato-que-ope)

Estar alertas es pensar que quizá no es tanto ellxs y nosotrxs, sino como en
Alien,  los ellos en nosotrxs.

La visita del Presidente Alberto Fernández al Hogar El Ángel Azul en Las Tahonas es seguramente un hecho político y comunicacional, de esos típicos de las buenas y queridas agendas peronistas de Navidad, que remiten al significante sidra y pan dulce, aguinaldo y vacaciones, únicxs privilegidxs, mar y Chapadmalal para lxs pibxs. Ver esas fotos trae un poco de alivio al alma. (¡Gracias Bruno!).

La imagen que publica la diputada Claudia Bernazza, de lxs pibxs rodeando el helicóptero que aterriza en un campo de Molina Campos, contrasta visiblemente con la  del significante helicóptero que acá cerró las escenas de asesinatos en esa plaza donde cada tanto la derecha nos mata solo por existir y resistir. (Ver en https://www.facebook.com/cbernazza)

Más allá de los diversos usos políticos que puedan hacerse de esta clase de eventos, lo que me parece es que hay allí otra forma de jugar el juego que no es el de la hegemonía de The Game, de los amos de Sillicon Valley, un juego de picadito, de igual a igual, de jugar con otrxs, que es enseñante y es divertido, y hace que la infancia más lastimada se ocupe de lo que debería ocuparse, de jugar, de reírse, de esa extraordinaria combinación de libertad, creatividad e inteligencia en la que se amasa la autonomía para crecer con proyectos más emancipadores y solidarios.

Es como si en esas sonrisas pudiera ilustrarse el “inédito viable” de Freire, que como señala Adriana en La escuela, plataforma de la Patria,  «Empero, no está en la naturaleza de la política avanzar por caminos seguros, sino más bien elegir los viables y correr riesgos. Coincidentemente, es tarea del educador trabajar sobre el “inédito viable”, esa rica categoría elaborada por Paulo Freire. Combina la imaginación y la creación con la factibilidad. Es el momento de la leve crispación frente a la imposibilidad, el momento de decidir si se corre el riesgo, de suponer la posible aceptación por parte de otros sujetos. Es un instante para la imaginación, o sea un momento negativo para la pedagogía neoliberal. Esta supone el fin de la imaginación».

¡Con ternura venceremos!