martes, 11 de enero de 2022

Para ser

 Para ser un buen amante hay que saber desear. Hay que poder regocijarse del instante sin distraerse en la culpa o la obsesión. Hay que


abandonar la pose.
Dejarse ir, tratar de arrastrar al otro ahí, hacia la petite mort, o quién sabe cómo nombrar lo que siempre se escapa a la palabra a fin de cuentas.
Lo que nunca se agota y siempre nos encuentra.
Por eso hay que tachar a un par de contactos de la lista, Narcisos: #gohome
Por eso hay que abrir el juego a lo inesperado.
Por un maldito instante suspender el pesimismo, cerrar un instante los ojos, mirar desde afuera del monstruo que habitamos, y nos habita.
Tal vez, por una única y extraña vez, confiar.