Cuando lo escucho, me da ternura. Pienso que es un deseo y una expresión ingenua debida a su juventud.
Y sin embargo, hace unos días, caminando por un bosque en una ciudad costera con una amiga, no podemos parar de relatarnos anécdotas y amores que nacieron ahí, en nuestras adolescencias, y cuyos frutos, marcas, presencias, ausencias, perduran hasta hoy.
A la tarde comprendo algo que había pasado por alto. Esta nostalgia que me embarga es una forma de amar.
Y en esa forma de amar, yo todavía te encuentro a vos, mientras salto, sin quedarme, por distintas formas de no encontrarme con otros.
Y me pregunto si para vos soy algo todavía, o más bien, si aún sos capaz de leerme como quizá nadie me ha leído.
No hay comentarios:
Publicar un comentario