Casa Mariani-Teruggi, La Plata |
Del cuerpo ensangrentado de Diana sobre la beba venía leyendo en el colectivo que marchaba por la avenida 7 en la misma ciudad que tantas veces recorrió Chicha buscando a Clara Anahí cuando de repente la frase se me presentó como debe de ser una daga que al hundirse en el corazón de una sospecha encuentra en la herida misma, la certeza. De esa cara no me olvido más, dice el relato. Rubio de ojos celestes. Un hombre grande. Ya estoy por Tolosa y tengo que cerrar el libro y ahogar un suspiro largo como la increíble paciencia de esta mujer que habrá andado (y anduvo) cada calle, cada esquina, como yo misma ahora, sospechando de esas miradas y la gente en el micro me mira sin verme pero yo a ellos no porque de pronto me he dado cuenta que alguno puede ser el hijo no sólo de una abuela que busca sino también de el monstruo (“nunca olvidaré esa cara”, dice) asesino mal parido que aniquiló, porque están entre nosotros. Y quizá también sus hijos. Porque muchas veces pienso en los hijos y los nietos de los desaparecidos, pero ¿cómo será ser hijo de los represores torturadores asesinos violadores ladrones cobardes cagones?
Clara Anahí Mariani Teruggi |
(leyendo Botín de guerra, de Julio Nosiglia, Abuelas de Plaza de Mayo, 2007, pág. 27, relato del asesinato de Diana teruggi y Daniel Mariani y el secuestro de Clara Anahí, a la que aún busca su abuela y buscamos todos:Asociación Anahí, asociacionanahi@yahoo.com, Tel/Fax: (0054-221) 421-2681)
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