Los dibujos de mi hijo

Soñaba con los dibujos de mi hijo. Los había de todos los colores, de distintas edades, de aquellos hechos en la institucionalidad escolar y esos hechos a impulso del placer, la curiosidad, el deseo de explorar las formas del mundo. Había pinturas, acuarelas, témperas  lápices de colores, ilustrados con fibrones, con tinta china, con óleos, acrílicos.
Los dibujos del mundo que sus ojos vieron y sus manos crearon.
Los hermosos dibujos de mi hijo.
Que ya no están.
Alguien me dice: pero tenés a tu hijo. Y yo, claro, digo. Es cierto. Qué más pedir.
Hay demasiados muertos en mi ciudad.
En mi barrio, en mi manzana.
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Soñaba con otro hijo que no fue. Y alguien me dijo: pero tenés tu útero.Y yo claro. Es cierto.Hay esperanza.
Soñaba con un embarazo futuro que ya no será.Pero tenés tu vida, dijo alguien.
Y sí claro, dije yo.
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Y es verdad y es mentira.
Porque este es mi dolor y tengo derecho a llorarlo, los dibujos de mi hijo, el hijo que no fue, el útero perdido. Y todo el amor que aún así recibo, y todo lo que me alegra esta tarde de sol esperar a los que amo con una comida, con cuadernos y lápices y un poco de Amy Winehouse para acompañar la tarde y las palabras que alguna vez deben ser dichas.