lunes, 28 de abril de 2014

La pasión de Duras


"No es el sexo -el hecho de que la gente esté en una especie de decoloración sensual- lo que me interesa.  Me interesa lo que se encuentra en el origen del erotismo, el deseo. Lo que no se puede, y quizá no se debe, apaciguar con el sexo. El deseo es una actividad latente y en eso se parece a la escritura: se desea como se escribe, siempre." Afirma Marguerite Duras (1914-1996) en La pasión suspendida. Entrevistas con Leopoldina Pallota della Torre. (Paidós, Buenos Aires, 2014)
Habla allí también de sus clásicos temas: la madre, los amantes, los homosexuales, la política, la guerra, Indochina, la Resistencia,  la escritura, el alcoholismo, la maternidad, el dolor, su hijo, el amor, las amistades femeninas, los viajes.
Sobre todo, yo diría, la escritura. Y lo que les ocurre a los escritores, atravesados por el exterior, siempre algo ausentes del estar donde se supone que están, siempre un poco en los márgenes.
Nada que ver con una visión romántica del arte, sino más bien la pasión del trabajo de escribir y sus circunstancias.
Es muy interesante su visión del dolor. Cree que somos las mujeres las más expertas en esto, debido a la maternidad, a la experiencia de ponerle el cuerpo a otro, aún a sabiendas que el parto dolerá (y todo lo demás que vendrá también). Dice: "Se puede mentir sobre muchas cosas, pero no sobre la sustancia misma del dolor."
Criticona, alcohólica, mito viviente de la Francia de Mitterand, admirada por Lacan, releída y reinterpretada por sus seguidores, parece que al conocer lo que Lacan había escrito sobre su trabajo, en su homenaje, ella dijo no haber entendido nada de lo que éste había dicho.*
Ella se da el lujo de escribir lo que quiere y decir lo que piensa, aunque sea políticamente incorrecto. Me gusta, por ejemplo, cuando provoca:  "Si se piensa en alguien como Conrad, no se puede seguir hablando de Sartre como un verdadero escritor."Del mismo modo critica a los que escriben pensando en un premio, y a los jurados de los concursos literarios incapaces de aceptar a escritores innovadores, y así. Contra el establishment, rebelde, iracunda, caprichosa.
Marcada desde su infancia por el desamor de su madre, esa herida que nunca cesa, la soledad, el silencio, la palabra en la escritura,la sucesión de amantes, el dolor, la guerra, las contradicciones ideológicas, la participación en la Resistencia, la militancia en el comunismo (será expulsada) despertaron en los otros, por ella, pasiones: amada u odiada.
Marguerite habla de la pasión de la escritura, la pasión por el trabajo, (que incluye teatro, guiones, cine) el deseo de escribir y de cómo la escritura obliga a muchos distanciamientos, tal vez, para ver mejor, porque como ella misma termina por sostener:
"Yo soy una escritora, no vale la pena decir nada más". (C'est tout, de 1995, su último texto)



* Lacan escribe sobre El arrebato de Lol V. Stein, novela de 1964. Y dice allí que "es precisamente lo que reconozco en el encantamiento de Lol. V. Stein, donde Marguerite se muestra sabiendo sin mí lo que yo enseño.", Lacan, Jaques, "Homenaje a Marguerite Duras", traducción Hugo A. Savino, en http://es.scribd.com/doc/23044056/Lacan-Jacques-Homenaje-a-Marguerite-Duras.

1 comentario:

Unknown dijo...

Este texto me encantó.